La trilogía estrambótica: manifiesto visual.

Quería presentar el Estrambotismo al mundo mediante una gran exposición. Anunciarlo. Un nacimiento proclamado con otro nacimiento: el del Estrambotismo junto con el de Venus. Una trilogía de pinturas colosales. La primera y más relevante, el icono, se basaría en una de las obras de los pintores que, cuando era niño, me fascinaban: Botticelli.

“El nacimiento de Venus”, una composición estática, rígida, con un dibujo exquisito. Colores suaves y seres mitológicos. Una obra que me impactó profundamente. Desde el momento en que mi abuela, la señorita Negra, ingresaba su sueldo de maestra en el banco y, como regalo, recibía un libro. Dinero para libros de reproducciones modestas, de una edición barata. Edición de banco.

Las dimensiones, colosales. Características estrambóticas para pinturas estrambóticas. La primera del manifiesto visual. Y ejecutada al óleo, como no podía ser de otra manera. El óleo… la reina de las técnicas. Erótica y sensual por naturaleza, no tiene límites. Con ella todo es posible. Transparencia o empaste. Delicada, dura. Figurativa o abstracta. Línea, mancha. Matizada o plana. Simple. Óleo y pigmentos, linaza, adormidera, nueces… lapislázuli, tierras, ocres y óxidos… Máxima simplicidad para dar forma a la perfección. Intacta durante siglos, fiel a su creación. El bastidor, de una sola pieza, y el lienzo también. Ni dípticos, ni trípticos ni subterfugios. Verdadera pintura de caballete, bastidor de madera y tela de lino egipcio, belga. 30 metros de tejido y 2 tiradas horizontales. Mazo y yunque. Hilo y aguja. 72 metros cuadrados. Madera y mechas. Hierro y soldadura. Y una garlopa. Eran caminos desconocidos, no había nadie.
216 metros cuadrados para encajar el tiempo, el poder y la libertad. Y mi perro. No parecía gran cosa, pero para mí, lo era todo. Mecanismos hidráulicos, tuberías de polietileno, 380 voltios y motores giratorios con inercia controlada. Sistemas anticaída. Todo para no caer. Y un espacio, un lugar donde poder pintar.

Después, empecé a dibujar.
Necesitaba un papel blanco y unos cuantos lápices. No… muchos lápices y muchas gomas de borrar.

Quim Hereu
Fragmento del libro “Quim Hereu – El manifiesto estrambótico.”

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